Queridos hijos
Que el señor les bendiga y haga concurrir todo para el bien de la diócesis de Chiclayo y el de su Santa Iglesia
Desde hace algunas semanas viene apareciendo en algunos medios de comunicación la demanda interpuesta por lo mal llamados “sacerdotes casados” , que , en buena parte, o no son sacerdotes o son convivientes. Hasta ahora no había querido pronunciarme sobre el asunto para no interferir en el trabajo de los jueces, la demanda ha sido rechazada sucesivamente por el primer juzgado y por el quinto juzgado civil de Chiclayo.
¿Qué decir ahora? Primeramente, cabe señalar que dos de los mal llamados “sacerdotes casados” me han hecho llegar sendos escritos diciendo que ellos no estaban de acuerdo con la demanda, no la firmaron.
En cuanto a la demanda, además del despropósito de pretender denunciar al Santo Padre Francisco, hay un desconocimiento sobre los niveles de competencia de la jerarquía eclesiástica. El Obispo diocesano solo depende jurídicamente del Papa, no del Cardenal ni del Presidente de la Conferencia Episcopal. El Nuncio Apostólico tampoco tiene autoridad sobre el obispo diocesano, es el embajador del papa en el país
El obispado de Chiclayo no ha ejercido presión alguna para impedir que dieran clases, que, por otra parte, no dependen de él como es el curso de Filosofía, cuya designación como profesor pertenece a la Dirección Regional de Educación. Además no se ha ejercido persecución sobre ninguno de ellos. Sí que se ha advertido a los fieles católicos de que esos mal llamados “sacerdotes casados” no estaban autorizados para ejercer tareas o realizar actos litúrgicos como la Santa Misa o la bendición de matrimonios o bautizos por inconductas en algunos o porque otros no habían sido ordenados como verdaderos sacerdotes . Como consecuencia, los matrimonios que hayan celebrado son nulos, las absoluciones en el sacramento de la confesión son inválidas, lo mismo que las confirmaciones, y los bautismos son ilícitos. Como consecuencia, las partidas sacramentales que expiden no pueden se reconocidas en la Iglesia Católica. Estas son las razones por las que algunos sacerdotes y algunos laicos, con bien criterio, les han impedido realizar tales actos cuando han podido
Recemos pro al conversión de todos los mal llamados “sacerdotes casados” y que no sigan desorientando a algunos de nuestros hermanos, que en, de buena fe, les solicitan “servicios de sacramentos”, que, repito, o son nulos o inválidos o ilícitos.
A todos les animados a seguir trabajando con la gran misión de Chiclayo 2013, sin que ningún suceso pueda detenernos. “todo es para el bien de los que Dios ama”.
Con mi bendición:
Jesús Moliné Labarta
Obispo de Chiclayo
Chiclayo, 14 de Setiembre de 2013
PD/ esta carta será leída en todas las misas del domingo
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